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196 SERMON con otras imponderables de que haremos men- cion en el cuerpo del Discurso, La Solemnidad á que habeis convenido. es una clara y patente demostracion de esta ver= dad : tambien es un testimonio de la predilec= cion del Señor, y al mismo tiempo un exerci- cio y desempeño de nuestra obligacion y grati= tud por ella. Hoy se congrega la Nacion en los Cuerpos que la representan , bexo los auspicios y por orden de su Soberano , no solo 4 dar 4 Dios culto , á tributarle veneraciones y obse= quios , como lo hace de continuo y de mil ma- neras en el discurso del año, sino: 4 recompen= sar la falta de culto de otras: 4 reparar sus pro- fanaciones , atentados y sacrilegios: á desagra- viar al Señor, y aplacar su ira por ellos y sin= gularmente por los que se hicieron al Venerable y Augusto Sacramento del Altar en diferentes parages del Reyno, por los Ingleses que entra- ron en él 4 principios de este Siglo, con la oca- sion que es bien sabida y no hay necesidad de exponer. Ved aquí verificada en nuestro favor la maravillosa y benéfica eleccion , la predilec= cion y preferencia de que acabamos de hablar, Tres cosas se incluyen en ella, dignas todas de nuestra consideracion, La humillacion y, mina de