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DE LOS DESAGRAVIOS DE CHRISTO. 193 se hallaban sepultados en tinicblas y sombras de muerte: un Pueblo que solo era depositario del culto del verdadero Dios, mientras las demas Naciones le prestaban, con un exceso de ce- guedad que solo es capaz de hacer conocer y formar idea de la que es genial al espíritu hu- mano abandonado 4 sí mismo, y destituido de superior ilustracion , y de su debilidad , 4 criatu- sas las mas despreciables:y «baxas, sometiendose y reconociéndose por el mismo hecho inferior 4 ellas: una Nacion finalmente, que por con= seqiiencia precisa tenia el honroso y sublime des» tino de suplir la falta del verdadero culto en las demas, de reparar y recompensar sus omisio= nes , sus profanaciones y sacrilegios, de aplacar al Señor por ellos, mitigando su ira € indigna- cion, y apartando ó suspendiendo los castigos y azotes, que debieran llover € inundar al Géne- ro humano, criminal y reo en su generalidad y extension. Poderosos motivos éran sin duda es- tos para que se regocijase David, complación= dose en una memoria tan plausible y festiva, alabando y engrandeciendo eternamente las Mi- sericordias del Señor, que no lo habia hecho así con alguna Nacion, ni se habia dignado mani- festarles sus juicios (a). TOM. T. BB Mas (a) Psalm. 147. 20,