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DE SANTA TERESA, 187 finuo , sin buscarse jamas á sí misma ,su con- modidad , utilidad, estimacion y aplauso : aque- lla castidad angélica , exenta no solo de toda man- cha Ó tizne, sino aun del conocimiento é idea de qualquiera especie de impureza , ó deshones- tidad , imposibilitada por lo mismo de dirigir en esta parte á sus hijas, remitiendolas 4 quien en- tendicse de esta clase de males , ¿no eran estas -señales patentes y manifiestas de que en Teresa todo era sólido, verdadero , celestial,” Divino: que el Principe de este Mundo y de las Tinie- blas no tenia parte en ella: que era una virtud la suya acendrada , fina, á.toda prueba? Es verdad que tambien Lucifér, tambien el mundo , la carne , el fanatismo € ilusion tienen sus heroes y mártires. Pero ó Santo Dios: ¡quán facilmente se conocen y disciernen: Christo nos dexó instruidos cerca de los carácteres que de- bemos observar, y que bien exáminados no pa- decen engaño ú equivocacion. Estos son los fru- tos y las obras. Tocad un poco á esos montes de soberbia y vanidad , y vereis como humcan, despidiendo y arrojando de sí vapores pestilen- tes , murmuraciones , quexas , disgustos, turba- ciones, que aunque paliadas mas ó menos dies- tramente segun su habilidad y fineza, descu- bri-

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