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170 SERMON uos de Sion; sino las espinas de qué está sem- brada y guarnecida, Su sacrificio , para explicar jo en breve, costó tanto á la naturaleza, que en frase de ella misma, su alma fugitiva estu- vo ya para abandonar el cuerpo : parecia se des- coyuntaban sus huesos , y arrancaban con vio= lencia sus miembros. Tal era su agitacion y.su tormento. Aun la seguridad de agradar al Señor, que es el consuelo, el áncora de las almas afli- gidas , se le niega sin poder conseguirle aun á costa de luchar contra sus repugnancias natura- les, de hacer consentir á su corazon al mas ge- neroso de todos los sacrificios. En-vano se en- trega 4 los exercicios mas santos y penosos : pa- recia arrastrarse y llevarse 4 sí misma como con amaromas , tecelosa 4 cada momento de ser ar- rojada y desechada por su tibieza y languidez. Su imaginacion vagabunda y ligera se apacienta op fantasmas, que la roban y ocultan la presen- cia desu Dios, ignorando si este se ocultaba 4 su amor, Ó se negaba 4 su indignidad. Pero es- tos terrores, que solo pueden ser conocidos por «las almas mas espirituales y purificadas., no la ¿espantan ni abaten , sirviendo sclo de realzar y hacer mas glorioso su triunfo : sus inquietudes fortalecen su constancia, y la amargura que en- CUEN=