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Me E Y 28 ¿009 lin riego luyo, que esgraye cu > Es y 4 d > É ñ $ A EN GE o Qy9 vecelsidada e ninguno tiena obligacion re al que juftamente es cal- de la muer atorío 4 los finados j ? ftigados en ¿él por el juílto Juez:Refpondo, que la difparidad es mu porque la jufticia humana no permite ¡plicio 4 los delinquentes; pero la Divina ulticia ue politivamente quiere que todos ayudemos al los difuntos de los grandes fuplicios, pe- nas, y caltigos, que en el Purgatorio padec n: y nos tiene dado 4 enten- ler aquel Divino Juez por si m c fus Santos, que guíta mucho de que procur bras facar de las penas del Purgatorio 4-los d tender las Animas del Purgatorio, para facarlas del, ferla muy de fu agrado. Y la bendita Santa elcogio elto, y á cada pallo manifeltava fu D:vina Ma= geftad el guíto grande que delto recibia , obrando muy notables mila- gros, para que los tormentos elpantolos, y las admirables penitencias con que (e afligia por librar de fus penas a las benditas Animas, no la confumiellen, y la acaballen la vida; fiendo aÑi, que le arrojava en-mon= tes de nieve, en rios elados, y en hornos de fuego. Tambien+encargó mucho Chrilto nueítro Señor elta obra de focorrer los difuntos 4 un Capuchino, diziendole : Quanto bizieres por las Mi E da a