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54 Exercicios EsprriruatrS. dolor mas puro y mas intenso, y con el propósito mas verdadero y mas firme, alcanza su libertad escu- chando esta voz del Sacerdote: Ego te absolvo. Yo ministro del Altísimo te concedo el perdon de los pe= cados que no han podido concederte los Príncipes, los Reyes, ni Emperadores : los Patriarcas, ni los Profe- tas: los ángeles, ni las santas vírgenes : los vale- rosos mártires, ni la misma Madre de Dios: Ego te absolvo a peccatis tuis. Yo te desato de tus liga- duras: yo rompo tus prisiones: yo despedazo tus grillos y cadenas. Estás libre : vete en paz: Ego te absolvo, Asombrosa potestad, que constituye 4 unSacerdo- te, por mas pobre y miserable que sea , nada ménos que en un substituto y vicegerente de Dios, como dice el Santo Concilio de Trento. por estas terminantes palabras: Dominus noster Ffesus Christus , e terris ascensurus ad calos , Sacerdotes sui ipsius vicarios reliquit , tanquam presides et judices , ad:quos omnia mortalia crimina deferantur (1). No parece se puede hacer mayor ponderacion de su dignidad; porque ya veis , señores , que aquí se encierra aquella gran po- testad que les dió de consagrar su cuerpo san- tísimo , representando su misma persona , y que (1) Sess. xv. c. v. De confessione»