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DIA PRIMERO. 53 serafines , le envia á su misma Madre María Santísi- ma. Lleno de gozo el miserable encarcelado, se per- suade á que ha llegadoel feliz momento de sulibertad: Funes peccatorum circumplexi sunt me. Desatadme de estas ataduras, puras vírgenes : desatadme, gloriosos mártires: ángeles bellos desatadme : Madre de mi Dios desatadme las fuertes ligaduras de mis pecados. Rogaremos por tí, le responden las santas vírgenes: ofreceremos por tí el mérito de nuestra sangre, di= cen los mártires ; seremos tus abogados, le ofrecen los ángeles : pediré 4 mi Hijo que te desate, dice la Vírgen ; y todos se marchan. Mirad á nuestro encar- celado en el colmo de su afliccion , deshaciéndose en lágrimas por sus delitos , de que él no puede librarse por sí mismo, ni han podido desatarle quantos has- ta ahora le han visitado. Ya se persuadeque va 4 que- darse sin remedio , quando oye en su interior la voz de San Ambrosio que le dice: Jus ligandi, et solvena di, solis permissum est Sacerdotibus (1. El derez cho de atar y desatar solamente está concedido por Jesuchristo á los Sacerdotes. Reanímase su esperan- za moribunda , clama otra vez al cielo pidiendo un Sacerdote : enviásele su divina Magestad ; y mami festandu á éste todas las prisiones de las culpas Con el (1) -S, Ambros. Epist. ad Teodos. Imiper.:toren.