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Dia QUINTO. 335 drenta: Si labor terret , merces invitet. Arrojemos léjos de nosotros la: ociosidad, que nos hace culpa- dos delante de Dios"; menospreciables al mundo, in= útiles en la Iglesia, grávosos é intolerables á los fie- les. Animémonos á hacer lo que ellos hicieron: hom- bres eran como nosotros , hijos de Adan como: no- sotros , pecadores por orígen cómo nosotros. La ma= no de Dios no está abreviada: pudo elegirnos, y efec» tivamente nos eligió, para trabajar en su viña con los obreros laboriosos que hemos nombrado.. Si por ha- ber llegado nosotros tarde ,4'la hora undécima, no ha sido nuestro trabajo tan ilustre y prolongado co- mo el de los otros, no dexaremos por eso de recibir un premio correspondiente, si trabajásemos con fideli. dad y aplicacion. No tenemos-legítima excusa para no hacer lo que buenamente podamos. Á nadie se le pedirán imposibles. Apliquémonos pues , señores, se- gun los talentos y fuerzas de cada uno ; Ó resolvá= monos á dar cuenta á Dios de qúantos penitentes llegan al confesonario, y no los recibimos : de quan- tos niños carecen de instruccion , y no se la suminis- tramos: de quantos hombres viven en el desórden de los vicios, y no les advertimos: el' peligro de su eterna desventura : de quantos pobres, pudiendo, no socorremos ; y de quantos enfermos , teniendo pro-= porcion , no yisitamos, Sí, venerables Sacerdotes: Tom, I, Vy

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