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268 Exercicios ESPIRITUALES. observen exáctamente, sin que obsten costumbres al. gunas qualesquiera que sean: para que haciéndolo así, no tengan que pagar los mismos Ordinarios 4 la divina Justicia las penas correspondientes á su descuido en la emienda de sus súbditos.” ¿Oisteis, Venerables Sacerdotes, la voz de Dios comunicada á su Iglesia, y propuesta por esta piado» sa y santa madre á todos sus ministros? Quid ergo dicemus ad hec? ¿Qué responderemos quando en el tribunal del Omnipotente se nos represente nues» tras transgresiones de unas leyes tan puras , tan justas y tan perfectas? ¿Qué diremos en favor nues= tro quando nosotros mismos nos degradamos despo- jándonos las ropas y vestidos sacerdotales , y nos re- ducimos á la ignominia del vestido corto secular? ¿Compareciendo en un trage tan indecente en las fun- ciones profanas , sin llevar corona descubierta , con el cabello ensortijado , con redecillas de color sobre- saliente, representando con ademanes toscos y pala- bras groseras nuestra avaricia en las ferias , nuestra concupiscencia en las romerías y en los teatros , y el desórden de nuestras costumbres en los paseos 'pú- blicos , en las casas donde entramos, y en las perso- nas de poco edificante conducta con quienes trata- mos? Quid ergo dicemus ad bec? ¿ Qué respondere- mos quando-en aquel tremendo tribunal se nos repre»