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Dia QUARTO. 265 en el cielo, sino en la tierra; y por el contrario, quanta mas diligencia pone en echar de sí estas su- perfluidades , tanto mas prueba que tiene puesto su amor no en las cosas terrenas, sino en las celestiales y eternas.” Como este Santo Doctor de la Iglesia es- taba adornado de un discernimiento tan delicado, y de una crítica tan fina, habla en los asuntos con una precision y exáctitud que nada dexa que decir: [n le- ge, ergo, quid scriptum est? Quomodo legis? Vean y consideren estas grandes verdades escritas en sus les yes los ministros del Señor , y reflexionen como las cumplen. Tambien hallamos en el sacrosanto Concilio de Trento que quando habla de la vida y honestidad de los Clérigos , no solo trata del trage , adorno y com=- postura , babitu et gestu, como hemos dicho, sina tambien de sus palabras, sermone; porque estas de- ben ser compuestas, graves , modestas , dulces y 1le- nas de toda circunspeccion , edificacion y exemplo huyendo de toda palabra vana,jocosa y burlesca, que es lo que llamamos truhanerías , y muchísimo mas las torpes é inhonestas, como nos amonesta el Apóstol San Pablo; pues no ménos nos prohibe estas , que la torpeza y la avaricia , como agéno todo de la santi- dad de nuestro estado. Sus palabras son dignas de es- cucharse con la veneracion mas profunda: Fornica- Ll 2