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DIA QUARTO. 263 preguntaba lo que debia hacer para conseguir la vi- da eterna. Nole dixo el Señor : sigue la costumbre, haz lo que hacen los otros; sino que respondió: £n lege quid scriptum est? Quomodo legis(1). ¿Qué leyes tenemos sobre el particular que me preguntas? ¿ Qué contienen esas leyes? ¿Cómo las observas? Esto mismo , pegado mi rostro con el polvo, os diré á vosotros. No me traigais modelos de Sacerdotes que visten corto : esto no será mas que multiplicar cóm- plices de vuestra transgresion , y compañeros eter- nos de vuestra pena: In lege quid scriptum est? Quo- modo legis? Ya os he dado las palabras de algunas leyes canónicas : otras he omitido por la brevedad; y todas concuerdan con estas del Concilio Colonien- se(2): Vestes sint talares , nec nimice amplitudinis superfluee , nec plus equo constricte ; in quibus cle= ricalis ordinis honestas et modestia , non fastus , jac- tantia vel elationis vitium deprehendatur. Hacedlo así, y cumplireis con vuestra obligacion. In lege quid scriptum est? ¿Y qué tenemos en nuestras leyes eclesiásticas so- bre la moderacton de los cabellos en los Sacerdotes; y la corona abierta? Lo que sigue hallamos en la (1) Luce, c.x. v. 26. (2) Concil. Coloniens. c. xx1v. in decteto morum. Tom. I. Ll