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DIA TERCERO, 225 digna de llorarse con lágrimas de sangre! ¿Qué dire- mos de aquellos Sacerdotes, que leyendo en las san- tas Escrituras estos divinos oráculos : .4ma Dominum Deum tuum , et observa: precepta ejus (1); se hacen sordos á éstas voces , quebrantan los mandamientos de Dios, ponen su amor en las criaturas, y olvidan las misericordiás del Señor? ¿De aquellos que oyendo estas voces del cielo: el que ama á Dios, le pedirá. el perdon de sus pecados, se abstendrá de cometerlos, y será atendida: su oracion; pero ellos continuan en sus culpas, omiten la oraciony aborrecen el recogimiem to(2)? ¿De aquellos que dicen todos los dias que aman la limpieza de la casa del Señor, y se presentan en ella con una alma: manchada con el pecado , desmin- tiendo con lasobras sus palabras (3)? ¿De aquellos que con el desórden de sus costumbres van publican- do que su alma se fastidia de aquella vianda delicada que se coció en las virginales entrañas de María San» tísima , por virtud del amor casto y hermoso del Es- píritu de Dios? ¿Qué les podremos decir sino que de (1) Dent. c. xr. y. r. (2) Qui diligit Deum , exorabit pro peccatís , et abstinebit se abillis , et in oratione... exaudietur. Eccli. C. 1. V. 4. (5) Dilexerunt cum in ore suo , et lingua sua mentiti sunt ei. Psalm. 1xxy1. y. 36. Ff2