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Dia TERCERO. 181 eminente ; pero debemos procurar llenar este vacío celebrando con la intencion de unir nuestros de- seos 4 los deseos de Jesuchristo: nuestra pequeña caridad 4 la caridad excesiva y sin límites de Jesu- christo : nuestra devocion , nuestra humildad, nues- tra modestia y nuestro fervor , al fervor , modestia, humildad y devocion de Jesuchristo. De este modo no será tan disonante á los pueblos el que represente á Jesuchristo un Sacerdote en la celebracion de la santa misa. Pero no solo la ofrece en nombre de Jesuchristo, tambien la celebra en nombre de toda la congrega- cion de los fieles , cuyo nuncio y legado es, para al- canzar del Eterno Padre que mire con misericordia á todo el pueblo. Como en la ley antigua el Sacerdote llevaba sobre su ofrenda los pecados de su pueblo, en cuyo nombre la ofrecia ; así en la ley de gracia el Sacerdote ora por los pecados de los pueblos en pre= sencia de la ofrenda divina que sacrifica. Como en la ley antigua llevaba el Sacerdote los nombres de los hijos de Israel escritos sobre su pecho y en los hombros ; de la misma suerte los Sacerdotes de Jesu= christo llevan los nombres , esto es, la memoria de: todos los fieles derramados sobre la superficie de la tierra , no solo sobre los hombros de sus diligentes cuidados, sino en el pecho ó sobre el corazon, re-

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