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DIA TERCERO. 177 sobre el altar. Aquí, la permanente duracion de este Sacerdocio eterno, comunicado á los Sacerdotes de la nueva ley de gracia-que ofrecen ¡por mandado del Señor el mismo'sacrificioAquí en fin;la dignidad ad- mirable, y la singular pureza que corresponde á los ministros del altar , que con sus propias manos ofre- cen al Eterno Padre el cuerpo y sangre de Jesuchris= tó, Dios y Hombre Verdadero, baxo las especies de pan y vino. ¡ Qué cúmulo de verdades tan prodigio» sas ! ¡Qué conjunto: de prodigios tan incomprehensiz bles! ¡Ay! con quanta razon decia el Apóstol San Pa- blo : Probet autem seipsum bomo,:et sicde' pane ¿Ilo edat, et de talice bibat. Pruébese el hombre á sí mis» mo : considere bien el Sacerdote si cree firmémente todas estas grandes verdades,,y si obra conforme á los principios de su fe. Consideresi'se prepara para ofre- cer este divino sacrificio con limpieza de conciencia, con oracion fervorosa, y humildad profunda: Probét autem seipsum homo. Considere si celebra con' la ma= yor decencia , con la debida pausa , con la devocion mas tierna, con la modestia mas edificante, y con la observancia mas exácta de las sagradas ceremonias: Probet autem seipsum bomo. Considere si despues de haber celebrado le da gracias, porque le ha criado su Magestad , porque le ha redimido , y porque le ha dado su propio cuerpo y sangre, su alma, su divá Z 2