BCCPAM000538-4-28000000000000

Dia SEGUNDO. 155 pendencia de unos y otros, abriéndose el camino por medio de cartas de recomendacion, y formando par- tido con ellas, incomodando para conseguirlas al re» ligioso en su retiro , 4 la religiosa en sus claustros, al xefe en su oficina , á la señora en su gabinete , al ca- ballero en su casa , hasta precipitarse en la mas cla- ra, enla mas detestable simonía? ¡Infelices de nos- otros ! ¿4 qué tiempos hemos llegado ? ¿Quántos hay en el mundo á quienes podriamos aplicar con la ma» yor propiedad estas formidables palabras del trai= dor Judas: Quid vultis mibi dare, et ego vobis eum tra- dam (1)? ¿Quánto me ofreceis, quánto me dais pór esta pieza eclesiástica , por este beneficio , por este curato , por este obispado? Quid vultis mibi dare? llegando nuestro dolor al. ext emo. de ver que hay pretendientes tan insensatos , Ó parientes tan ambiz ciosos que aprontan, que depositan la cantidad esti= pulada. ¡O Dios de santidad y de justicia , cómo mis rareis semejantes pretensiones ! ¿Será pureza de intencion estar siempre suspirando con una ambicion insaciable por las Iglesias mas ri= cas, por los beneficios mas pingiies? ¿Será ciencia de los sagrados Cánones, y obrar segun su espíritu, eñ- riquecer los parientes con los bienes de los pobres? (1) Matih. coXxvL. Y. 15.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz