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DIA SEGUNDO. 11I mismas palabras que Saulo , aunque nocon tanto estrépito y magestad : Vade Ananiam; ó mas literal- mente: Surge, et ingredere civitatem , et ¿bi dicetur tibi quid te oporteat facere(1). Levántate de ese esta- do de indiferencia en que te hallas: entra á consultar con un ministro mio ; 4 quien yo iluminaré , y dedi- cándoos á4mbos á la oracion, contando tú con tus propias fuerzas y rectificando tu intencion respecto al fin que te propones, conseguireis el acierto, y todo saldrá bien. Con efecto, obedece á la voz de Dios, bus» ca un Sacerdote sabio y virtuoso , le manifiesta todo su interior, nada le oculta de sus inclinaciones, sus pasiones , sus inspiraciones , y con total indiferencia se pone baxo la direccion de su consejo, Pídenle ám»; bos al espíritu de Dios con freqiiencia en la oracion, Claman, instan, ruegan; y al fin sale la resolucion del ministro de Jesuchristo, que le dice en su nombre quesiga la vocacion de Dios que le quiere para Sa» cerdote. Nuestro jóven entónces, como ninguna otra cosa desea con mas ansia que cumplir la voluntad de Dios, y procurar su mayor honra y gloria; abra- * za el estado sacerdotal, y se consagra en él al Se- ñor. Como la vida inocente, la rectitud y:pureza ' de intencion, la ciencia competente, y los demas re- (1) "Lib. Act. Apostolorum , C. 1X. Y. ”- Tom, 1. P
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