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Di1A SEGUNDO. 107 Christo la que me ha introducido en el Santuario, ó es la voz de la carne y la sangre? El estado santo á que aspiro, ó en el que me miro colocado ,¿es el des- tino que el Señor me habia preparado ántes del prin- cipio de los siglos? ¿Estoy yo en mi lugar, ó tengo el lugar de otro? Por último, ¿me ha elegido el Señor para Sacerdote suyo, 6 he usurpado yo sacrílegamen- te este honor? Mirad, venerables Sacerdotes , como resolveis. esta duda , pues no va ménos en ella que vuestra salvacion ó condenacion eterna. Para que lo executeis con todo acierto, hablaré hoy por mañana y tarde de este asunto. Ahora procuraré mostraros en dos breves puntos los bienes y los males que se si- guen de acertar ó errar la vocacion ; y por la tarde propondré las señales de la verdadera vocacion. Ve- reis ahora como es bendito del Señor el que. viene en su nombre al clericato : punto primero. Vereis tam- bien la maldicion de Dios sobre el que viene al Sacer- docio conducido de la avaricia , dela ambicion, 6 de la ociosidad ; y como hace participantes de su desdi- cha:4 los pueblos que le mantienen : punto segundo. Quiera el Señor iluminarme por la intercesion de Ma- ría Santísima , para que yo demuestre el utilísimo asunto que acabo de proponer, e