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Dia PRIMERO. ' 87 ta desdice tanto de un verdadero christiano ? ¿Y qué podremos añadir si -los consideramos como pastores de las almas?*¿ Cómo encargados de la guarda de aquellas ovejas por quienes el Pastor bueno Jesu- christo derramó toda su sangre, dió la vida, y pa- deció¿la 'muérte ? Infeliz de mí! ¡No sé si podré ha- blar, si primero mi afligido corazon no se desahoga por los ojos con dos fuentes perennes de lágrimas para llorar los extravíos de innumerables! 3 El Padre San Chrisóstomo (1), representándo- ños la Iglesia como un exército bien ordenado;y al pastor como un soldado, discurre con admirable eloqiiencia de esta suerte : Quando un paisano abraza la profesion de -las armas, se entrega á sus 'xefes para servir al Rey en todas las fatigas de la guerra conforme á las leyes de la disciplina militar: Desde entónces ya el soldado no tiene propia voluntad pa- ra hacer lo que le acomode: su capitan tiene aúto= ridad sobre él para mandarle montar tal guardia, levantar esta batería, dar aquel ataque , asaltar esta plaza, vadear aquel rio, ganar este puente , y todo. lo demas que pertenece al servicio del Rey y de la patria. Si el soldado le resiste, si ile repugna, si falta á la subordinacion , si huye, si deserta, puede y (1) —S. Joan. Chrisost. epist. ad Teódos. dum.L, M

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