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¿ Í A A l Y ' le 78 Exercicios ESPIRITUALES. ¡Ah, venerables Sacerdotes! El christianismo nos ena seña que debemos ser todos de Dios, no solo porque todos los bienes los recibimos de su Magestad , sino tambien porque Dios se nos da todo á nosotros en la adorable Eucaristía. ¡Dios, y sus infinitos atributos! ¡Dios, y la inmensidad de sus riquezas! ¡Dios, y los incomprehensibles excesos de su amor! ¿Quál seria, pues, nuestra correspondencia como christianos, si no nos sacrificasemos enteramente al Señor? ¿Si no pro- curasemos ser suyos con todas las facultades de nues: tra alma , con todos los sentidos de nuestro cuer= po, y con todos los afectos de nuestro corazon? ¿Quál seria nuestro delito, si nuestro corazon fue- ra de las criáturas y-no de Dios? ¿nuestro cuerpo de los placeres inmundos y no de Dios? ¿y nuestra alma de la fealdad del pecado y no de la hermosu- ra de la gracia del Señor? ¡O! venerables Sacerdo- tes, pensadlo bien, mientras: vamos 4. decir alguna cosa de cómo debemos unirnos á Dios como Sacer- dotes. 2 El Espíritu Santo en el capítulo ytrr. del libro de los Números, hablando de los Levitas que se destinaban al culto de los altares , y que exercian las funciones sacerdotales, dice á Moysés de esta mane- ra: $tatues Levitas in conspectu Aaron et Fliorum ejus, et consecrabis oblatos Domino, ac separabis demedio

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