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DIA PRIMERO. y” limpia y alimenta, el sol, la luna y las estrellas que os alumbran , y todos quantos bienes ha criado Dios para beneficio vuestro. En el órden de la gra- cia le debeis la fe que os puso en el camino de la salud, la esperanza que os eleva hasta el seno de la gloria , la caridad que os santifica, las virtudes que os perfeccionan , y todos los demas medios sobrena- turales que os conducen dichosamente á vuestro so- berano fin. Debemos decir , concluye el Santo, que es:imposible que deis: Dios alguna cosa, porque na- da teneis que él no os haya dado, y queno sea esen- cialmente suyo. De suerte, que quando quisierais ofreceros y consagraros á Dios, esta no seria una donacion gratuita, sino una obligacion de justicia que os prescribe la religion. Pero demos que este hermoso pensamiento de San Bernardo no haga en vosotros toda la impresion que se merece; ¿teneis, para convenceros, mas que acor- daros de aquella sagrada uncion que recibisteis en el Bautismo? ¿De aquella profesion solemne que hi- cisteis de renunciar al diablo y todas sus obras, al mundo y todas sus pompas? Desde aquel dichoso momento ¿no quedasteis anumerados entre los fieles de su Iglesia? ¿entre los profesores de su Evangelio? ¿entre las almas que no buscan sino á Dios? ¿que no aman sino á Dios? ¿que no suspiran sino por Dios?