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el pe San -Requr. 83 espíritu os precipita -en ellos; y si sois fieles en no ir 4 buscar las ocasiones , no podeis fiaros de las que se os presentan. Diuáón o 0.08 No puedo comprehender , como Roque se hu- biera librado de tan innumerables peligros en una edad tan propensa á enlazarse en ellos, si la vigi- lancia cristiana no le preservára. Pero Roque, ilus- trado y protegido de esta virtud , conoce que la es- plendidez, la abundancia y la delicadeza , que le rodeaban en su casa, no decian conformidad con la vida de Jesucristo, pobre , despreciado y pere- grino ; y con un valor heróyco, dexando quanto po» seía, huye de los peligros domésticos , y sigue des- nudo la desnudez del Salvador. - Pasa de Mompeller su patria , á Aquapendente, ciudad de la Toscana, y empieza á exercitar su caridad con los enfermos apestados de aquel pueblo. Bien entendia el Santo que en todo el mundo ha- bia peligros; pero le enseñaba el Evangelio, que perder la vida entre los peligros de aquella espe- cie, era ganarla para una dichosa inmortalidad (a); y poreso, no de otra suerte que un avariento se arroja sobre los tesoros, se abalanza Roque á las camas de los apestados : consolábalos en sus dolen- cias, alimentábalos consus limosnas , limpiábalos con sus mismas manos las llagas mas encanceradas y horribles, llevábalos sobre sus hombros á los hos- pitales,y á las incansables fatigas de tan pere- grino médico cesaban las enfermedades, y se cor- taba la peste. Empezaba su nombre á hacerse glo- rioso , y la vigilancia cristiana precaviendo la caií- da en algun pensamiento de vanidad, le hacia huír á Roma, á Cesena, y á otros pueblos de Italia y MIT. pl y p. (a) Qui perdiderit animam suam propter me , inveniet cam. Math. €. Xx. v..39w j | La NP

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