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7 pe San Roque. 81 ídolo de la pasion? ¡Ah, señores! Mirad como las tinieblas del mundo nos rodean y nos envuelven (a). Abrazaos, pues, con la vigilancia cristiana 4 1mi- tacion de Roque, si quereis hallar quien os ilustre entre las obscuridades del mundo. Entonces el es- píritu divino descenderá sobre vuestros espíritus, y os intimará su santa voluntad (b). Entonces se verá su gloria sobre vosotros , no solo librándoos de las tinieblas del mundo, sino tambien preca- viendo vuestra caida en los precipicios del mundo, II. Yo-quiero suponer , señores , que 4 imitacion de Roque os halleis adornados de un corazon como nacido para la piedad, y con unas inclinaciones na- turalmente propensas á la virtud ; ¿pero cómo po- -dreis vivir sin vigilancia en un mundo que no sola Po una region de tinieblas , sino un camino sem= meteros que conservaréis en él la inocencia, estan- do lleno de depravacion y de innumerables peligros? No espereis que yo abrace ahora un imposible, dan- doos una exácta enumeracion de todos ellos. Basta oir al grande Apóstol para conocer que en el mun- do todo es peligros: hay peligros en el distinguido nacimiento , porque es una especie de conexion con todas las pasiones : hay peligros en la elevacion , por- que ésta nos propone como ley lo que condena el Evangelio: hay peligros en los cuidados públicos, porque es preciso tomar sobre nosotros las pasiones de los grandes y las miserias de los pobres, conci- liar las máximas de la religion con las de la pru- dencia de la carne , y aventurar,ó la conciencia ó eN a e $ > €. LX. Y. 2. | | 5)" Supér te autem orietur Dominus y et gloria ejus in te videbitur. Ybid. | TOMO 11, L (8) Ecce tencbre operient terram , et caligo populos. Isai.

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