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SERMON V. S DE SAN ROQUE. -PREDICADO EN $e Li” q “EN EL CONVENTO DE CAPUCHINOS DE LA CIUDAD DE TORO EL AÑO DE 1780. Beati servi illi quos cum venerit Dominus inveneris vigilantes... et vos stote parati, quia qua bora non putatis filius hominis venset.S. Luc. C. XII. V. 37. €t 40: El mundo en que vivimos, llustrísimo Señor, ¡nos presenta de sí mismo la idea mas apacibley deliciosa. Con un genio a ificiosamente maravilloso, 1 E nos aparenta lo que no hay en la realidad, y finge las cosas distintas de lo que son. Al modo que la óp- tica nos representa á los ojos mil agradables ilu- siones en los vidrios poliedros , así el mundo nos pone á la vista un teatro en que hacen alegremente sus papeles el agrado , el gusto, el deleyte , el pla- cer, elreyno de los sentidos, y el imperio del pro- pio amor. En tan agradable escena no se hallan mas penas que las que voluntariamente se toman para presentarse con brillantez en las tablas: no hay otras vigilias que las que se pasan en los di- vertimientos , otras sujeciones que las que impone la moda y el capricho, otros empleos que los de llenar el tiempo sin disgusto , otro estudio que huír del enojo, y otro mérito que el, de no disgustar al propio amor. Á los placerzs de los espectáculos suceden las visitas, á las visitas los paseos : estos son los preparativos inmediatos de los juegos, las mesas y los convites; y por último el sueño ter-