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A A a DE San Roque. 63 que hacian oposicion (apoyadas de la fogosidad de la edad) 4 quanto su espíritu disponia: que resis- tian lo que mandaba su voluntad,y se deslizaban hácia donde su espíritu no queria, Si miraba al mun- do le veía reir delante de sus ojos, brindándoleá sus apetitos con un ámplio y riquísimo patrimonio, con multitud de criados, con esquisitas galas, con abundantes mesas, y con un aspecto por todas partes tan apacible, que era necesario un espíritu de pri- mera magnitud, para no dexarse arrastrar de tantos alicientes. En pocas palabras lo dire: hallábase San Roque educado con toda la brillantez, Ó llamémosla prodigalidad, vanidad ó genio con que los caballe- ros franceses suelen criar á sus hijos. No me per- suado , señore edad este nos en España no ha mucho que lo aprendimos, pues verdaderamente nadie me podrá negar que con nues= tros padres y abuelos todavía vimos aquel honesto trage, tan propio y connatural á la g avedad y en- tereza de nuestra nacion, y con el que aquellos hom- bres verdaderamente españoles, causaban respeto y veneración solo con dexarse ver y presentarse. No condéno en manera alguna la limpieza y aseo, antes es muy estimable para mí en qualquiera perso- na, solo sí os confieso que me desagrada la nimie- dad , la escrupulosidady afeminacion con que mu- chos españoles se empeñan en el dia en degradarse de su natural vizarria y entereza. Que las señoras mugeres se aliñan y pulan con exceso, malo es, re- prebensible es, abandono y olvido es de la renun= cia que hicieron de las pompas del mundo en el san= to Bautismo; pero que los hombres se las apuesten á las damas en lo almidonados, en lo pulidos, en lo