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58 SermoN IV. ! dicho nada hasta ahora, Óó si me lo han dicho, yo no lo entendido, y por consiguiente , ni sé exámi- narme'de, ella, ni distinguirla entre las demas? ¿No lo digo. yo que neque si Spiritus Sanctus est au- divimus (a)? +3" | ¡ -- Mirad si eran vanos mis temores, con que rece- laba que para muchos cristifnos aún estaban incóg- nitos estos-primeros- rudimentos de la doctrina. Oid- me,. fieles ; ¡oidme con atencion, que en pocas pa- labras (ya que el dia no permite dilaciones ) os la da- ré á conocer con la mayor claridad que me sea po- sible: Es cierto que se necesita no pequeña vigilan- cia para conocer , percibir y. penetrar la pasion do- minante ;. porque sino es muy vehemente se confun- - de con las demas, y si: es muy fuerte perturba de modo el juicio que apenas llega éste á discernir las mayores culpas. Y ésta es la causa porque algunas personas (como habreis visto) llegan á cometer los Jero no € írduo su conocimiento, la insttuccion no le facilite. Idme respondiendo, y le conseguireis sin dificultad. ¿No hay una espe- cie de pecados á que teneis una particular adhesion? ¿No sentis mas dificultady repugnancia en apar- taros de ciertas culpas que de otras? Ls cierto. ¿No caeis mas frecuentemente en una especie de pecados, Bue no en otras? Tambien es así. ¿No buscais pre- textos y escusas para paliar , disminuir y sincerar unos pecados, y no otros? Es sin duda. Pues ved ahí vuestra pasion. dominante. Aquella en que mas frecuentemente caeis, y mas.dificilmente os levan- tais: aquella á quese tiene una particular inclina- cion: aquella que se pretende excusar ó á lo me- nos disminuir con varias causas y pretextos. Y pues (a) Actor. C, xix. v. 2 - -

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