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A - 56 Sermon IV. : sintieron la clemencia y edad, di á esa, digo, planta de las Gálias, que ha produ- cido tan multiplicados frutos de beneficios en la Iglesia española : á ese siervo vigilante de Jesucristo, que se alza con el renombre de Bienaventurado, segun el santo Evangelio: Beati servi illi.... Este es, ya sabeis que os háblo de San Roque, en quien debeis colocar vuestras felicidades y dichas, rin- diéndole reverentes cultos, contínuas y repetidas adoraciones , que se terminen, no en él, sino en Dios, como en último fin de nuestras veneraciones y cultos , para que este Señor perpetúe en vosotros la piedad y misericordia con que os ha mirado y librado de vuestras dolencias y calamidades , por los méritosé intercesion de vuestro insigne protec- tor San Roque, como poco há habeis indubitable- mente experimentado, pudiéndoos yo lievar por la mano á muchas casas, en donde prontísimamente 0 LA la in- vocacion de este gran S: -y así a nieron con corazones verd rderimiétte cristla nosá dar á Dios las debidas gracias en este santo templo, por- que se muestra maravilloso en sus Santos. Ved aquí, señores , vuelvo á decir , en qué consiste vuestra grandeza y vuestra felicidad; las que serian en to» do perfectas , si como le experimentais protector en el cielo, le imitarais como exemplar en la tier- ra. Quiero decir , que siendo uno de los principa- les fines de nuestra madre la Iglesia excitarnos 4 la imitacion de los Santos quando nos los propone como objetos de nuestras. veneraciones , tendria el lleno vuestra dicha, si correspondiendo á sus in- “tenciones , os animarais á imitar las virtudes de San Roque, ya que tan de contínuo experimentais sus beneficios. Conspiremos , pues, todos, católicos oyentes mios, á levar hasta el fin deseos tan vene- rables y santos; y pues hoy el Evangelio nos intíma

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