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pr S. JoAQuIN, PADRE DE NUESTRA SEÑORA 47 co: bástame pedir en silencio al cielo su. venida: Bonum est prestolari cum silentio salutare Det, ¡Ay de mí, exclamaria Santa Ana, en quánta dicha me ví, y en quánta ignominia me veo! Miradme, Señor, con misericordia, despachad favorablemente mi pe- ticion, y no desampareis á quien desde la vileza de su nada os invoca , y en vos espera: Vide, Do- mine, et considera, quoniam facta sum vilis. : ¿No veis, amados mios, la grande tribulacion en que se vieron aquellos dos casados? ¿No los veis humillados delante de Dios, y atribulados delante de los hombres, regando con lágrimas sus vene- rables rostros, y pidiendo el auxilio oportuno para lo grande de su dolor ? Pero como Dios nues- tro Señor se complace en escuchar las oraciones de los humildes, les concedió aún mas de lo que pedian , haciéndolos no solo benditos en sus per- sonas por el aumento de gracias con que adornó sus almas, y las heróycas virtudes que practicaron, como lo hemos visto hasta aquí en toda esta prime- ra parte; sino benditos en su familia, constituyén- dolos padres de María Santísima y abuelos de Je- sucristo , como vamos á oir inmediatamente en esta PARTE SEGUNDA. Con efecto, señores, aparece un Angel á San Joaquin, le manda volver á la compañía de su san- ta esposa Ana,y le certifica de parte del mismo Dios que era elegido para la mayor dignidad á que - jamas habia llegado mortal alguno, y para ser el mas cercano progenitor de Jesucristo, en quien se- rian benditas todas las gentes (a). Esta es la verdad (a) Effundam spiritum meum super semen tuum et benedictio» nem me4m super. stirpem tuam. Ísai. €. XLIV. Y, 3. es. cat