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376 ExórDIOS cia no menos edificante de las comunidades reli- giosas , y la concurrencia de esta nobilísima ciudad con todos sus moradores que á competencia pare- ce que se esmeraban en manifestar su obediencia al Soberano , su amor á la patria y su religion para con Dios. ¡Demostraciones justas! ¡Asambleas ve- nerables, que siempre han merecido las bendicio- nes del Señor! Yo no dudaba, amados mios, que todos y ca- da uno de vosotros al oir las tristes nuevas que ca-. da correo nos traia de los progresos de nuestros ene- migos, haríais oracion á Dios en el retiro de vues- tras casas, 6 en particular y en el silencio en las Iglesias: Ecce nationes... Mirad, Señor , le diríais á su divina Magestad con un corazon contrito y humillado, mirad que la tribulacion se acerca, y nadie nos puede librar de ella sino vuestro brazo omnipotente. Nuestros enemigos acometen nuestro territorio, y con blandas palabras y piel de ovejas pretenden seducirnos. Tu scis que cogitant in nos. Tú solo sabes hasta dónde se extienden sus pro- yectos. Las voces seductivas y encantadoras de li- bertad , igualdad , propiedad y seguridad no son mas que una máscara traidora para obrar con mas facilidad la esclavitud , el robo, el asesinato y la impiedad. Veniunt ad nos in vestimentis ovium. Es verdad, Señor y Dios altísimo , que sus vestidos pa- recen de ovejas; pero ¡ay! que sus obras son de lobos ambrientos € insaciables : intrinsecus autem... Vos nos mandais conocer á las personas, no par los vestidos, no por las voces , no por las. prome- sas, sino por los efectos, por los frutos- y por sus obras: 4 fructibus eorum... Estas á la werdad son malignas, y su objeto es nuestra entera perdicion: Ecce nationes , Se. Jo aLosziv esa y Yo no dudaba jamas , vuelvo 4 decir, que vos=

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