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DEL AUTOR Á SUS PAISANOS. 353 el culto mas venerable, son ya cuarteles de una tropa desenfrenada, Ó almacenes de víveres y mu- niciones! Todos estos con semblante afligido, con exclamaciones dolorosas, y con el corazon turba- do os dicen lo: mismo que yo; pero dé un modo mas expresivo y mas enérgico. Ya hubierais sido envueltos en la misma ruina, si vuestros vecinos los valerosos vizcaynos no se hubieran interpuesto como una firme birrera entre vosotros y el enemi- go comun. Unid, pues, vuestros esfuerzos á los su- yos , y á los de toda la nacion, y marchad inme- diatamente, corred, volad al campo de batalla 4 impedirle la execucion de sus designios. Añimosos y constantes oponed vuestra espada á la suya, y y ofrecedles” “vuestro: pecho como un muro de bron- ce en ue se deja -118 su arrogancl , No temais aun- n muchos y poderosos: el' brazo del que ellos sea: es. 0 destruirá, cubriéndoos á vosotros pe su escudo impenetrable. ¡Qué! ¿Acaso ahora pele ls ma PURI tan MWitidos, sereis menos entes que en los siglos pasados quando, comba- con ni se Dcl y con otros muchos as poderosos, sola los viles intereses de la pra por dc Soberano : Dios manda evitar quanto sea perjudicial. 4 la patria: Dise pándo obse Oservar y sostener- su santa religion. mutables? ¿Y dexareis vosotros pisar ie c ontr: todos. los Soberanos, que zan qu ss paises conquistan, y destruyen la religion" de Jesucristo (a)? ¡Dios inmortal! ¿per- mitir andone aquel valor con que favorecisteis 4 Qtíando. sé hizo esta exhorta ciod aun no habia con- dao: la Francia suficiente dutoridad para contener los des- órdenes que trae consigo una revolucion, TOMO 11. Yy - is que ahora que peleamos por «vuestra causa, . EOI ¡ il p.” , ADE su to << A e -.. ATT, 58 ¡AS Ti A A a > A