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332 ¿Ona EXMORTACION 4 de inspiraros e que os defendais vosotros bien. Fir- memente persuadidos de la evidente justicia de vues- tra causa, contad coi la proteccion de nuestro Dios, y preparaos inmediatamente á defender vuestras po- sesiones, las dulces prendas de vuestros hijos, la honestidad de vuestras mugeres , la vida de vues- tros soberanos, la s3lud de vuestra patria , la equí- dad de vuestras leyes, y la santidad de vuestra re- ligion. Sí, amados paisanos. Sin detencion alguna re- gistrad vuestras armas, adiestraos en su manejo, y salid intrépidos á detener os progresos de un ene- migo orgulloso con sus victorias, soberbio con sus cenquistas ; y que lieno de us entusiasino feroz: por una fantástica libertad”, todo lo ácomete, todas las dificultades vence, desprecia” todos” los peligros, y arrolla quanto encuentra : de un enemigo insolena te con las ventajas que han conseguido: sus armas en la Saboya, en Alemxintá,'en la Flandes, y en la Holanda y y qué pretende alelantár las que ha logrado en: muestra: patria, aspirando“á> su ! á sus impías leyes, y tratando de destruirnós entera= mente. No son riesgos remotos, peligros muy disi tantes, desgracias solo: posibles las:que os qua, objetos: mas” reales y mas penetrantes 'se 05 tan 4 los ojos. Abridlos:, y vereis los tristes de a tes prófugos de sus Iglesias', las castas vírgenes obli- gadas á romper sus clausuras , las tiernas madres llorosas con sus hijos'en los brazos, las tímidas don- cellas y las familias enteras precisadas á desterrar: se de sus casas por no caer en manos de aq ello profanos que todo lo ultrajan. ¡ Quántas personas ilus- tres están hoy pidiendo una limosna, que ay daban en bre ¡Quántos, poco ha señores de ma yorazgos , están hoy 'pereciendo de necesidad? ¡ Quántas- Iglesias, quántos monasteriós que los dias pasados erqu casa de oracion, y en que se daba á Dios

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