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SOBRE LA INSTITUCION , QC. 339 Todo lo hallamos en nuestro católico Monarca Don Cárlos HI, 4 quien Dios nos conserve por dilatados años. Él desea nuestra temporal y eterna felicidad: propone medios. para lograrlas , y se manifiesta exemplar de la conducta que en riosotros solicita. Yo, amades mios, hago en esto una confesion sín- cera en obsequio de la justicia y la verdad. El se- ráfico sayal capuchino que me cubre , y de quien el Rey nuestro Señor se ha dignado recibir la carta de -— hermandad de mano de un paisano nuestro el ve- 7 terrenos mon nerable y _Excelentísimo Señor Fr. Pablo de Conlin- dres, nues fu eneral, me ha proporciona- do muchas decile acercarme á su Real perso-' na, -y besar su mano bienhechora, y como testigo ro. usa ministros , que mas de de vista os lo ases y veces “esto mismo que acabo de des 1do sus reales. intenciones. Vosotros S ces en los nda favores que esta ciudad y puerto ierd: HL Dondpe sesemo A,5 provia: y y e ed 1 | mn “Y LOAN De cias vi p Ñ A, 3 . grada a a paa - és) A e a e Dd A - barco de lanas ñ5 ste de rpodóticigie devo : chamente á la América. vuestro comercio: la rebas, sy € celosísimos ministros eo. “yosotros. En circunstancias, pues, tan apreciables, y en una Jon tan preciosa, ¿qué cosa=mas facil puede ear que formar- una sociedad patriótica que el y desea , que sus ministros solicitan, y que á voso ros os es tan ventajosa y tan útil? ¿Qué decís á. esto? ¿No es verdad que solo las sombras y tinie- blas pueden oponerse á una evidencia tan. clara co- mo la luz? Bi, E 10L- Vy 2