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2 | Discurso go que encendiéndose se evapora: sin SOCorro para encenderle si se apaga, y sin remedio para mode- rarle si se inflama. Es un torrente de llamas, que deslizándose con rapidéz desde el volcan de un en- greido espíritu , abrasa quanto encuentra, confun- diendo con la violencia de su declive las cosas mas apreciables con las ua comunes , hasta que abrién- dose A a caminos desconocidos y sendas no tri- lladas , se pierde sin recurso. ¡Ay! ¡quántos brillan= 165 ingenios” de : nuéstro siglo han experimentado tris- temente esta verdad en toda Europa! Sociedad de placer para pasar el tiempo sin ocio- sidad, y aliviar los enojos y disgusto de una vida áde la y laboriosa. ;¿Pero se hallan siempre en estos virtimientóos el. ls -y contentamiento que se fi- guran sus amadores? ¿No está la virtud confundida con el vicio? ¿En estas asambleas ya públicas, ya particulares, no hay el asalto que temer, el eno- jo que eyhát, 81 3sio eibiegeo dondod : , de amis- la róCreación del cuerpo? Bellos legtrós hablad: desconcertados bayles, decias Ls es así como lo acabo de pronunciar? "Sociedad “sagrada de familia para ciar el nombre por la cóntínua sucesion de generaciones, y asegurarse felicidades eternas por la union de las voluntades. Pero si es rara la concordia entre los hermanos, ¿lo es menos ver las amistades mas tier- nas, los parentéscos mas íntimos, y los vínculos mas estrechos, debilitarse por la envidia', T : por la'inconstaricia ; frustrarse por el cap , y aca= bar por la indiferencia, la traicion y la perfaia? Sociedad, por último , religiosa, para conservar al abrigo del retiro la inocencia de-las costumbres. ¿Pero reyna” en ella todo" el vigor de su'instituto,