BCCPAM000538-4-27000000000000

316 ExHorTACIOM ! ceguedad de los incrédulos, las peligrosas noveda. des de algunos Sínodos, la temeridad de algunas opiniones particulares; y en una palabra, siempre que en sus decretos traten de sostener la pureza de la fe y buenas costumbres , ¿quién habrá tan im- pío ó tan insensato que retarde un solo momento su obediencia? Sí todas estas cosas son justas, y los legisladores así lo decretan por comision expresa del Señor, se- gun nos lo enseñan los santos libros: per me Reges regnant, et legum conditores justa decernunt; ¿no se- ria oponernos al mismo Dios el contradecir á las disposiones de sus ungidos? Yo me haria, señores, interminable , si tratase de individualizar algunos casos; como por: exemplo;. si. afligido algun pue- blo con terremotos, pestes, hambres, guerras, fal- tas de frutos ó enfermedades, votase. algun. dia de ayuno, una procesion á tal santuario, un dia de fes- tividad religiosa; y enterac» el Soberano por repre- sentación de aquel pueblo, aprobase, confirmase, y mandase su observancia, ¿quién duda que obli- garia gravemente? Lo mismo debemos pensar de aquellos pueblos que afligidos de las mismas cala- midades , 6 conducidos de. un buen espíritu, vo- tasen con toda libertad y deliberación para apla- carla indignacion Divina, no admitir jamas co- “medias , toros, novillos, ni otras diversiones noci- vas á la piedad ; y el Rey sancionase su voto y man- dase su cumplimiento , ¿quién será tan falto de lu- ces que no vea la obligacion de abstenerse de se- mejantes diversiones? Pero no nos dete ; mas en esto. Sirva esta ligera insinuacion para que po- dais sasisfacer 4 algunos de vuestros conciudadanos, si por desgracia pretendiesen separaros del cami- no recto que vuestra piedad y religion emprendie- x9us Decidles a y para la seguridad

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz