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298 Sermon XVII, como un nubarron horrible que impide pasar has- ta el cielo vuestra::oracion : Opposuisti nubem tibj, ne transeat oratio. Wed aquí, señores, ved aquí por qué pedís y no recibís. Es necesario pedir con humildad, y pedís con soberbia : es necesario pe- dir con fe, y pedís sin ella: es necesario pedir con- fiadamente , y pedís con duda: es necesario pedir con perseverancia, y desfalleceis al mejor tiempo: es necesario , finalmente, pedir en.gracia, y pedís en el infelíz estado de la culpa : Petítis , et non ac- cipitis, ed quod male petatis. Desterremos , pues; - las culpas de nuestras almas , abandonemos los pe- cados para conseguir lo que+pedimos , y dediqué: monos á la; santa penitencia. para lograr el socorro de los campos. Pero éstaes cabalmente la materia de la | | | SEGUNDA PARTE. Para convenceros en breve de la necesidad y eficácia de la penitencia , escuchad con toda aten- cion lo que sucedió al Rey de Síria, Benadad, des- pues de haber perdido la batalla que dió 4 Acab, Rey de Israél, en las campañas de Afec. Vióse aquel pobre Rey rodeado de cien mil cadáveres de sus «soldados muertos, anegado en los arroyos de san- gre que salian de los cuerpos destrozados , per- dido el vagage, las tiendas y todas las riquezas «de su exército : vióse á punto de ser hecho prisio- nero, y aprovechando los últimos momentos reco- gió la parte de su exército, que se habia dispersado «por el campo, y puesto al frente de ella , se acercó :á la ciudad de Afec; pero apenas sus soldados se arrimaron á la muralla, se desplomó por ordenacion divina, quitando la vida á veinte y siete mil de ellos, dexando á Benadad enla mayor consternacion, y easi solo. Entró lleno de tristeza, dice la Escritura, -

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