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292 SermoN XVH. como la de las bestias, y que no hay vida eterna, infierno., purgatorio “ni divina Providencia: solamen- te unos hombres tán necios y tan insensatos como estos , vuelvo á decir, negarán este principio; de que en las tribulaciones debemos recurrir á Dios por la oracion. Los infieles mismos, las naciones más bárbaras y Corrompidas;: Eoaociendo la depen- dencia que todos:los hombresteneimos de un Sér su- premo , “acudian con: ofrendas y sacrificios á sus ri- dículos númenes; quando se veían acometidos de al- guna calamidad: Ellos erraban en el objeto, y no acertaban «con. el verdadero Dios; pero en recurrit á lo que ellos pensaban que era Dios, nos demues- - Ata nuestro recto modo de obrar en acudir al Rey inmortal de los siglos, nuestro amantísimo y pode- rosísimo Dios, por medio de la oracion. Los: hereges, aunque:obcecados en su error nieguen la intercesion de>los Santos;, convienen con nosotros en: confesar esta: verdad ,'de,que en las públicas: calamidades de- bemos dirigir 4 Dios nuestra pública oracion. Pero dexemos á todos estos hijos de ción en- vueltos en sus voluntarias tinieblas, pues no quie- ren seguir la luz: delas divinas Escrituras: sigá- moslas nosotrosad: cr aremos.que estas públicas rogativas han sid mpre el asílo en todos los tra- bajos de dida tes los siglos mas remotos. Pestes, hambres, guerras, esterilidades de la: tierra, todo se remediaba con las públicas oraciones. Castigos del cielo., muertes repentinas, terremotos espanto- 50s., violentos. uracanes , «incendios horribles , todo - cedia 4: la inevitable fuerza de la oración. : Abrahán:, Judas Macabeo, el sumo Sacerdote Elia- cim., la Samoa Juditkx, A hermas Ester , el fiel Mardoqueo,el. piadoso Tobías , y otros innumera- bles. ¿que nos manifiestan las santas escrituras , lo ARISIMO CLA. verse acometidos de algun poderoso exér- e cl)

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