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284 Sermon XVL David quando decia (a): Confien nuestros enemi- gos en sus caballos y sus carros; nosotros coloca- remos toda nuestra esperanza en la proteccion de nuestro Dios y Señor. Un título que confesaba Moj- sés quando inundado su corazon de alegría excla- maba (b): Demos gloria á Dios, y publiquemos sus misericordias al ver derrotado enteramente y ahogado en el mar todo el poderoso exército 0 Faraón , que irritado nos perseguia. No lo dudemos , señores, si Dios está de nues- tra parte ¿quién nos vencerá? Uno solo de nues- tros soldados hará huír á ciento de ellos, y ciento de nosotros á diez mil de nuestros enemigos. Pero -- si Dios por nuestros pecados nos abandona, ¿qué haremos?¡Ay! Confesemos humildemente para nues- tra confodion y enmienda, que conocemos muy poco los peligros que nos rodean, supuesto el nin- gun esfuerzo que hacemos para salir de ellos. ¡Quán infelices somos! Nosotros no temblamos al oir esta terrible verdad que ponia pálidos, y hacia estre- mecer á los mas ll temblaban , y noso- ' tros, despues de haber cometido tantos pecados, y con tantas caidas y recaidas, permanecemos tran- quilos. Siendo pecadores por vicio de la naturale- za, pecadores por ignorancia, pecadores por ma-. licia , y pecadores habituales y obstinados en el pecado , ¿cómo no temblamos al escuchar que so- mos perdidos , si Dios por nuestros pecados nos abandona? ¿ Cómo, pues , no nos enmendamos? ¿Por que no se cercena el luxo tan ruinoso $, las Casas E» Es (a Hic in curribas , et in equde: nos autem 5 nomine : Do mini Dei nostri invocabimus. Psalm. xix. v. 8. | (b) Cantemus Domino : gloriose enim magnificatus est mu. et ascensorem ee] in mare. Exodi, C. XV. Ve la A +
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