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SOBRE LA OCIOSIDAD Y EL TRABAJO. '269 como la de San Pablo, podria' explicarlo? Si solo aquel sapientísimo y Sistístato Dios sabe el bien que ha causado en las almas la aplicacion de un corto número de ministros suyos en estos santos exer- cicios, ¿qué sucederia multiplicándose sin término los operarios? Consideradlo vosotros , mientras que yo , recopilando el discurso, le pongo- término, re- pitiendoos que el trabajo es necesario y es útil, por- que Dios lo manda , y porque nos tiene cuenta : por- que con él desterramos los vicios, y” practicamos las virtudes. Con el trabajo nos criamos robustos, nos hacemos sábios, venimos á ser “ricos, y llega: mos á ser Santos. Sin el trabajo perdemos la sa- lud , perdemos la hacienda nos'lenamos de acha- ques y enfermedades, nos vemos Vinergidos en la city miseriaAS 80, Pl mas Pd o ignorancia, me pidas UÉstraO?coltumíbres: |E esviidsionas! inúestras palabras , inmundos nuestros pensamientos, y abo- ' minables muestras acciónes, nos hacemos invítiles!41 Estado; perjudiciales 4 Ta Iglesia, mi ro 4 | nuestros próximos, y'aborrecibles4' Di Ep - Y ved aquí como jnamente Os. ; do al trabajo por 'la: última vez que me presento 4 vosotros pará «antnciaros la- palabra del Señor. Sí, amados Zamoráñios 'ittios, ¡cón' qu ánto dolor de bi alma''proniuncic que Esta es laúltima vez quélá mayor parte de vosotros, Ó ácaso todos, escucha- reis á este indigno ministro de Jesucristo UN Ah púl= pito, púlpito de*mi alma, cátedra “de la verdad; pregonero del Evangelio, y voz del Espíritu Santo, recibe el:ósculo de 'paz; que con el «mas profundo) reconocimiento á las grandes misericordias del Al- tísimo , que he recibido en tí, te da por la últi- ma vez este Sacerdote sin espíritu, que tan mal

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