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DE La ÁSUNCIÓN ¡DEMUESTRA SEÑORA. — 23 dad celebrada en la santa Iglesia desde los: prime ros siglos del Evangelio, y que en aquellos primi tivos tiempos: se conocia. baxo el nombre de sueño ó reposo de la Vírgen, para demostrar su felízy dichosa muerte. Llamóse despues la festividad e la Vírgen por antonomasia , como que ella era la corona y complemento de todas sus grandezas; y últimamente se dice en nuestros dias la Asuncion de María Santísima á los cielos, en que confesa» mos que habiendo terminado felizmente la vida con una muerte preciosa, y desembarazádose en brer ve su cuerpo de los horrores lóbregos del sepulcro, pasó á ser coronada en cuerpo y alma por la Bea- tísima Trinidad á los palacios magníficos de la glo» ria. Esta es la festividad presente que llena de go- zo á la Iglesia , que regocija al: cielo ,.y..colma de alegría á los bienaventurac LOA 1779 501. - Pero permitidme Señory Dios altísimo que os hable en este dia con aquellas mismas palabras que os habló Marta , segun nós refiere. muestro sagrado Evangelio (a). Señor : que'se regocijen los Angeles, que se alegren los Santos logrando hoy. en su com- pañía 4 su Reyna y su Señ ora , cuya amable pre- sencia aumenta los quilates 4.su gloria , está muy bien ;, pero que «nosotros desterrados por el pecado de aquella patria felíz de los vivientes ,: y misera- blemente cautivos en este valle de lágrimas y mi- serias, quedemos solos entre. los inmensos afanes de la vida, sin que nos favorezca y acompañ e nues- tra hermana por naturaleza, ¿4 quién.no arran- eará suspiros del corazon? Dic ergo álli., ut me ad» -Juvet. Ya que vuestra adorable voluntad debe cum» plirse en la Asuncion-de vuestra Madre, decidla (y Domine , non est tibi cure , quod. soror' mea reliquit e Solam ministrare + Dic ergo ¿lli, ut me aájuvts. Luc. c. ¿e 40» x

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