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SOBRE LA OCIOSIDAD Y EL TRABAJO. 265 bre aun en el estado felíz de la:inocencia (a)? ¿Re- _petida é inculcada su. observancia.con nueva fuerza al mismo primer hombre pecador en castigo de su culpa (b)? ¿Promulgada 4 toda su posteridad sin distincion alguna de personas? ¿Renovada por Je- sucristo en su Evangelio, predicada por San Pablo, y: observada inviolablemente por todas las almas justas que ha habido en la dilatada carrera de los siglos? No lo dudemos, amados mios , este precep- to de Dios de comer «el pan.con el sudor de nuestro rOStrO +08 comprehende á vosotros igualmente que á mí ; y no ha habido, hay , ni habrá persona-alguna á quien le sea lícito comer el pan y estár ociosa? ¿Por qué, pues, no nos aplicaremos al trabajo? ¿Aca- so. porque su utilidad no es cierta? Nada menos, Mba 1 á oir en sua segunda PAra A aa ao E AS | PAY ante 3 PUNTO SEGUNDO. aaa | Ciertamente yo me haria interminable si pre- -— tendiera. referir las. uruigedes temporales, - lidades corporales, y las utilic rituales que - ha producido y pre noo el honesto y bien. regu= lado trabajo. Veriais que en él consiste la. paz de las familias , el.reparo de las haciendas, la rique- za de las provincias y la prosperidad de los rey- nos. Con él las artes se vivifican ,-se multiplica y aumenta la agricultura, el comercio hace circular las cosas con una actividad prodigiosa, las ciencias - se.cultivan , y los ciudadanos viven alegres, robus- tos y bien acomodados. El que labra su tierra, di- ce _% a Danto', hará alto el monton de sus MO Posuir eum in , paradyso voluptatis , ut operarciur y Chus Genes. CH. V. 15. (b) 1n sudore vultus tui vesceris pane, 1d. C. MI. Y. 19. TOMO II, ll

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