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A O 0 pon qn O A ll BI Di 0 0 ESA A wm. TELAS A E pd a ai > 262 SermoN XV. Angeles podrá explicar los males que causa en las almas y en la iglesia universal la omision del tra- bajo espiritual? Pasad por una parroquia, entrad en una ciudad , visitad un obispado, ¿qué veis en to- das partes quando los ministros del Señor se entre- gan á la ociosidad ? ¡Qué dolor! Millares de almas sin la menor instruccion en las verdades eternas; millares de almas apartadas de los Sacramentos, y sin ideas prácticas de una vida cristiana: millares de almas arrastradas de los vicios , dominadas de sus pasiones , -esclavas del e to , enemigas de Dios por el pecado , aborrecibles á sus próximos, é inquietas en su interior. Tanta verdad es lo que di- xo el Espíritu Santo al capítulo xx1v de los Prover- bios (a): Pasé por el campo del hombre indolente y perezoso , y todo estaba lleno de ortigas, espinas y matorrales. Ved , pues, amados mios , como no necesitaba- mos otra cosa que insinuar algunos horrores de la ociosidad , para: dem ostrar la necesidad del trabajo. Pero quando quisiéramos poner la vista en el Cria» dor y en todas las criaturas, así visibles como in- visibles, no hallariamos una sola que no nos de- mostrase esta verdad hasta la misma evidencia. Mi- rad á los. quatro enentas como obran incesante= mente , segun el mandato del Señor: la tierra pro- duciendo un número - gio Ss de yerbas, plantas, árboles, frutos y animales: el agua conteniendo en sus perennes. fluxos y refluxos la inmensa muche- dumbre de sus peces: el ayre con sus corrientes y sus aves; y el fuego con sus ardores, todos cum- pla. la divina ispicions Mrad, eSono (a) a a hominis pa transivi : et ecce totum rez pleverunt urtica , et operuerunt. ados ejus. ARE Proy. C. XXIV. V. 30.