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230 '- Seaemon XIV. 0. 33 solo fuesen obedecidos los ilicinana buénos y mo- rigerados; sino los malos y aún los díscolos, quando no mándan cosa contrariaá la voluntad de Dios, ¿con quánta- mas «razon deberémos nosotros obez decer los mandatos: de un: Rey tan: justo , y unos mandatos que nos.son sumamente interesantes ? He dicho con advertencia que nosotros debemos con mas razon obedecer los mandatos de un Rey tan justo que nos son tan interesantes. Nosotros, digo los Ca pucbinos de Toro, que por un Real decreta comuz nicado á los superiores de nuestra órden, vivimos á la sombra de su inmediata Real proteccion, desde que se erigió en Seminariode Misioneros este santo convento para mucha gloria. «de Dios y bien de las almas. Pero aún quanda no tuviéramos este tan par- ticular motivo, nos compeleria á ello sola la con= sideracion de lo interesantes A Sun su. NOSOtros 509 SUIdMREAS AB * LA me a va: a | futu: 1tis 19 2ntesLo depdenden | Pee de 1 inca de Die y de la ibertad del hombre. ¿Quién será tan. insensato. que se atreva 4 asegurar lo: que serán unos niñ que aún no. saben hablar, y que d destello de su razon. y de su conocimiento, | rán rodeados de todas las delicias. de itorid, Qe todos los alicientes del sentido, y de una pestífera tropa de. aduladores , que pretenderán 4 competeñW cia ganarles la voluntad, é introducirse en su'amisi tad y en su agrado?: Ellos. hallarán tambien 4'su' lado bábiles maestros que. los instruyan en el co- nocimiento de Dios, y en todas las demas cosas que pertenecen á los grandes Príncipes ; ¿pero quién sabe si imitarán el: buen exemplo de sus padres, que tendrán siempre delante de los ojos? ¿Si serán déci les á las Sao. de sus ayos, ó seguirán pad

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