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DEL BEATO BERNARDO DE OriDa. 2357 sus mandamientos, ser útiles á sus semejantes,é irre- prehensibles en sus costumbres. | | ¡Pero qué espíritu de ingratitud y rusticidad tan reprehensible seria el nuestro, si nosotros los Capu- chinos no pidiesemos á Dios con súplicas y oraciones por vosotros que tanto nos. habeis favorecido desde el principio de la fundacion de este convento en vues- tro pueblo! A vosotros, ó ilustres Valisoletanos, so- mos deudores por el dilatado espacio de mas de siglo y medio, del pan con que nos alimentamos , del há- bito que vestimos y del edificio en que habitamos. De vosotros son los ornamentos de esta Iglesia , las ropas de esta sacristía , los utenxílios de la enfermería , y los muebles de toda esta casa. Vosotros los habeis cedido para el culto del Señor , para el socorro de los enfermos, y para la asistencia de los religiosos sanos. Vosotros nos habeis asistido en nuestras desgracias, nos habeis consolado en nuestras aflicciones, y nos habeis acompañado tambien en nuestras satisfaccio- nes espirituales. ¿Qué Beatificacion , qué Canoniza- cion de algun hermano nuestro se ha dexado de ce- lebrar, aplaudir, honrar con magníficos cultos por esta nobilísima ciudad, y los cuerpos respetables que la componen? ¿En qué pueblo se celebraron mas gloriosamente los Cantalicios, los Serafines, los Corleones , los Sigmaringas, los Leonisas, los Brin- dis, los Ofidas? ¿Cómo quereis queno publique- mos estos beneficios tan repetidos y tan solemnes? Confesamos, señores, que somos unos pobres pe- cadores; pero deseamos detestar la ingratitud con todo nuestro corazon. Os damos gracias en nom- bre de toda esta venerable comunidad , de toda es- ta santa Provincia de Castilla, y aún en nombre de toda la Religion, para quien os habeis hecho gran- demente beneméritos. Vivirán eternamente en nues- tras almas vuestros favores. Su memoria nos com-