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226 | Sermon XIIL Doctores de la Santa Iglesia. Obligacion, en fin, que el Beato Bernardo cumplió con la mas grande perfeg. cion , como buen ciudadano ¿como hombre de bien, y como perfecto. religioso, no hablando jamas. mal de las potestades legítimas, obedeciendo en la parte que le tocaba á sus disposiciones, orando por ellas, y pidiendo á Dios les concediese una larga vida, una posteridad dilatada, un felíz gobierno, unos exérci- tos llenos de valor y: subordinacion, ER ca dos íntegros,y una paz perpétua. +. 205: ¿ Lo hacemos así nosotros? No queramos mentir al | Espíritu Santo. Procedamos de buena fe , y confese= mos ingénuamente la verdad. ¿Contenemos en los de bidos términos nuestra lengua, ó la damós rienda pa- ya que corra y se precipite en censuras ácres, y amar- gas murmuraciones contra los Soberanos y sus.minis- tros, contra sus costumbres y su gobierno? ¿Qué nos responde á esto puiestro corazon? ¡Válgame Dios! ¡en qué tiempos vivimos! qué: exemplares vemos; ¡qué doctrinas y qué újiniones! eguimos! Si por desgració nos aplicamos á la leccion de muchos libros que en nuéstros tristes dias recibimos de los estados moder- namente establecidos en Italia, en Holanda, en Hel- vecia y en Francia, ¿Ss ideas formaremos del gobier- no monárquico baxo cuyas suaves leyes descansamos? ¡Gran Dios!:¡con qué negros colores nos le pintan! Corramos un velo sobre sus expresiones calumniosas, y pidamos á Diosque los ilumine para que vuelvan al camino de la virtud, de q tan car mniase han separado, 2001) arcomin gay sha Pero mo: presumiais: por esto, que quando. yo sos= tengo la obediencia que se debe á las potestades legí- timas, como una doctrina que caracteriza al cristia- nismo, pretendo justificar el abuso, que puede hacerse del poder en qualquier género de gobierno sea, ecle- siástico ó civil: 4bsit boca mes. No permita Dios que