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pEL BeaTOo BERNARDO DE ÓFIDA. 225 tresacando de la sociedad los mas sobresalientes, formaron el aristocrático, y otros finalmente , de- seando conservar al hombre sus derechos imprescrip- tibles, se inclinaran al democrático;.y aunque todos los hallaron defectuosos en ciertos puntos, y con sus flancos y debilidades respectivas , conocieron que to- dos y cada uno de ellos en su clase, segun el mayor ó menor número de la sociedad á que se aplicaba, eram incomparablemente preferibles á la anarquía que por necesidad hubiera causado la dislocación y pérdida de todo el Estado. Luego que aparecieron así legíti- mamente designados los Administradores supremos del poder , 6 llámense Soberanos, reverberó en ellos la potestad de Dios para que gobernasen con rectitud resultó por necesaria conse- potestades: dices que no sin causa llevan ceñida la espada: que teman si obran mal, porque son minis-: tros de Dios para contener la multitud (b). Obliga-' cion reconocida por Tertuliano y San Justino en sus: célebres apologías de la religion cristiana. Obliga- cion confesada unánimemente por San Agustin, San Ge- rónimo , San Gregorio, y todos los demas Padres y _(a) Reddite que sunt Cesaris Cesari , et que sunt Dei Deo. Matth. C. XXI. Y. 21. Aia: A O —(b) ' Admone ¡llos principibus et porestatibus subditos esse, Ec. Ep BAB LENA Pl Aur ir livia A y TOMO 11, Ff e F