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224 Sermon XTIL. obras (a).” ¿Lo habeis oido? Jesucristo os enseña 4 recibir la és doctrina de los Sacerdotes, aunque sean malos; pero no á imitar sus costumbres si no fuesen buenas. Esto os enseña el Señor. Obedecedle, y sereis jueces mas justos quando hableis de los Sacerdotes. Pero no solo el Beato Ofida obedecia á los minis- tros del Señor que tienen á su cargo conducir las al- mas á la vida eterna, tambien obedecia á las potes- tades civiles, destinadas para mantener el buen ór- den en la tierra. El Beato Bernardo sabia que desde que los hombres , perdiendo voluntariamente ciertas preeminencias de la libertad primitiva con que ha- bian aparecido en su orígen » Se “unieron en socie- dad, adquirieren otras ventajas mucho mas aprecia- bles. y permanentes que las que antes poseían. Una de las mas principales fue la seguridad de su culto religioso , la seguridad de sus personas, y la segu- ridad de sus ropied des, que gozaban tranquila- mente al po las leyes, contra la insolente avilantez de los mas atrevidos y -poderosos. Para esto les fue forzoso establecer y organizar un go- bierno, que revestido del poder le q y exe- cutivo , atendiese á la salud pa ensa del pueblo, que era ¡el axioma fundamental sobre que habian de estribar , y 4 que debian atender sus cuidados, _ providencias. y sus leyes. La salud del pueblo, vuelvo á repatir : sí señores, la salud del quis ha sido, es en el dia, y deberá ser siempre, el objeto de toda buena legislacion. Para conseguirla eligieron unos el gobierno ri: ¿Bros en- Ta as 8] Super con Moysi dinar sab et porisei Omnia ergo quecumque dixerint vobis , servate eb facite: se- cundum opera vero eorum nolise facere. Matrh. c. XXUL Vs 2. et 3.

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