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ve San Francisco De Asis. 205 hubieran visto amanecer aquella luz que encendió delante de sus ojos un San Antonio de Padua. ¡Pobre Hungría! Pobre Bohemia! ¿Quién hubie- ra animado á sus Príncipes para promover la empre- sa de atajar las rápidas corrientes del furor Otomano, si no hubiera habido en el mundo un Capistrano? ¡Pobres griegos del siglo XV1! Vuestros errores y division se hubieran perpetuado en el mundo, si no os traxera desde Constantinopla á Ferrara para uni- ros con la Iglesia latina el Beato Alberto de Sarcia- no. El nombre dulcísimo de Jesus no tendria hoy en la Iglesia la veneracion que tiene, si hubiera faltado un Bernardino de Sena , el qual sufrió hasta ser acu- sado de herege por esta causa. ¿Quándo hubiera lle- gado.el misterio de la Purísima Concepcion á la glo- ria de ser tan venerable en la Iglesia, si un- Escoto no desatara de su lengua en París un rio de sagradas persuasiones, para inundar á quantos sentian con menor piedad de la original pureza de María? ¿Quán- tas veces hubieran sido profanados por.los- bárbaros. los lugares santos de Jerusalén , si no fuera por los hi- jos de S. Francisco, que los mantienen con venera-= cion á costa de sus fatigas y su sangre ? ¡Pobre pese- bre, donde el amable Jesus dió los primeros suspiros sobre el heno! Sobre él se apacentarian los brutos, si no hubiera hijos de San Francisco que le defendie- ran. ¡Triste sepulero , donde fue depositado el des- trozado cadáver Salvador! Ahora sería el escar- nio y la burla de los Mahometanos. ¡Pobre imperio del Tibet! ¿qué seria de tantos millones de almas como tenias envueltas en la infidelidad , si los Capu- chinos atravesando tantos mares , viajando por tan- tos reynos, y exponiendo miliares de veces su vida, no te hubieran llevado la luz del Evangelio? Pobre reyno del Congo , desdichados reynos de Nepar y Angola , pobre Mesopotamia , infelíz Persia, pobre