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+. . + ¿ ' A 4 A 198 - SERMON XII. cia del Señor! ¿ Vísteis ya aquel joven desnudo, aquél hombre tenido por loco, aquel Francisco despojado de quanto estimable posee la tierra? ¿Escuchásteis la voz de Dios,que por tres veces le intíma reparar. las ruinas de su Í,glesia? ; Reflexionásteis sobre la im- propiedad de los medios que Dios elige para tan ár- dua empresa? Pues mirad ahora como Francisco la executa, y lleva hasta la última perfeccion á pesar de toda. la A OS de sus parientes, de toda la, rabia de los demonios, y de toda la relaxacion de las costum res del mundo... ¿Vísteis alguna vez, una, despreciable. nubecilla que apenas da otra ines de sí misma que la de un li- ESO Napo que, su e d e la, tierra; pero que agitada, despues de los vientos se viste de pardas sombras, obs- curece todo el horizonte, y engruesando sus hálitos,, ya rompe en horrorosos truenos, ya hace estremecer las gentes con sus relám pagos, ya inunda toda la tier- ra con sus aguas? Pues á ese modo aquel peque ” Y a Rines ES | amosLera q hor del Obi 10 sidi qu, E AñErOs pÓ0%, antes en las vani- es. iaa pidn sigl breves d las escuchan ya como or ículo al que, Sa “seputaban ; por necio: veneran como Santo al que graduaban deloco, y le juran obe- diencia como á padre al que teniar por mal hijo; su voz.es temida como un cn yde la ind no solo.cons e de los pe adores la observan- cia de los PERROS vangélicos, sino, que les Pots de que.EN los mas sublimes consejos. . A su imitacion renuncian las propiedes y posesio- nes, y viven gozosos con la pobreza voluntaria. De todas partes acuden 4 él e pecadores, y parten. de - $$ * +