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AAA A a 138 Sermon XI, y asiendo de Lucía no pueden movérla. Llaman 4 otros verdugos , únense á los primeros, tiran to- dos con la mayor violencia , y Lucía inmoble como una peña. :Ó poder infinito de nuestro Dios! ¿quién no amará tu bondad, y temerá tu justicia? Humílle- se toda criatura, y confúndase 4 la vista del Omni- potente (a): Bramaba el tirano lleno de furor y rabia vién- dose vencido de una tierna doncella. Llamábala he- chicera y nigromántica , que por arte mágica obra- ba aquellos prodigios. Manda , pues, para rendirla traer muchas yuntas de bueyes, y que arranquen á viva fuerza á Lucía del sitio en que la habia fixado el Espíritu Santo. Tráenlos efectivamente, y á un tiempo hombres, animales y demonios, tiraban de la Santa , pero sin fruto ; porque parecia una roca de diamante, ó algun monte de mármol ó de bronce. ¡Qué prodigio, señores! ¡Qué portento! Lucía con un rostro sereno y graciosísimo mirando al cielo, puesta de pie sobre la tierra, y los « » los brutos y los espíritus infernales , que. agitaban y conmovian los crueles corazones de aquellos bárba-. ros, postrados y rendidos á sus plantas. ¡O lo que puede, católicos, una alma quando la ampara el Señor! Viendo que no son capaces de moverla, tra- tan de quemarla ,: y rodéanla de leña ,pez , resina, y otras materias combustibles. Aplican el fuego, le-. vántanse horriblemente las llamas en la. circunfe- rencia del santo cuerpo; pero aquel gran Dios, que mantuvo ilesos en el horno de Babilonia á los tres niños hebreos, guardó y,conservó á Lucía entre los incendios que la;rodeaban. Asómbranse todos vien= do ACPORIOng ye los diia y! maravillas : se con= a bss ; (a) : Tanto pondere com fist Spiritus ais y Ut virgo Christi immobilis permaneret, Ecclesia in Offic.