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DE SANTA Lucía Vírcen y MartIrR. 1853 otros pretendiendo [acomodar el Evangelio á los ca- —prichos del mundo : Lucía confesando con obras y palabras la moral de Jesucristo , y nosotros deshon- rándola con las palabras y las obras. '¡Ah , señores! No esperemos , si no mudamos de conducta , que la sabiduría eterna 'nos corone como á Lucía con la in- mortal corona debida á los confesores de su doctri- na, y de las palabras de su Evangelio. Pasemos ya á exáminar la tercera y 'última batalla contra el úl- timo enemigo , que es el demonio... III. Desdé nuestros primeros años sabemos que es el demonio nuéstro irreconciliable enemigo. El anda , como dice el Apóstol San Pedro , rodeándo- nos noche y dia, y dando bramidos como leon ru- giente , por si puede conseguir el devorarnos. Á to- dos acomete , á todos tientay persigue. No hay es- tado, ni clase de personas que se halle exénta de sus formidables acometimientos. Tristemente expe- rimentamos esta verdad los que vivimos en los mas estrechos claustros , y los que pasean las plazas mas públicas del siglo. Por esto el grande Apóstol S. Pa- blo , escribiendo á los de Efeso, les decia (a) : sabed, hijos mios, queno peleamos contra otros hombres compuestos de sangre y carne , como los de nuestra frágil y humana naturaleza. Nuestra batalla es con- tra los poderosos príncipes de las tinieblas, que ha- biendo sido arrojados del cielo por su soberbia, que- - daron convertidos en feísimos demonios, pero con tanta fuerza y poder, que no hay potestad sobre la tierra (como decia el Santo Job) que'se le pueda comparar (b). Este formidable enemigo denuestras 9:39] TE : arias 1 ppt 'Ñ O - (a) Nonest mobis colluctatio adversus carnem et sanguinem, sed adversus principes et potestates , adversus mundi rectores tenebrerum harum. Ad Ephes. .C. VI. Y. 12. (b) Non est super terram potestas que comparetur An ei, quí factus est us nullum timeret. Job, C, XLI Y. 24. TOMO Il. Aa