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- guez y el sueño, como las Judi DE SANTA Lucia” ViRGEN Y MÁRTIR. 173 no, no le hallaremos en Judith, que penetrando sola el formidable exército de los Asirios , degolló por sí misma al general Holofernes, dexándole yerto cadá- ver en medio de sus soldados. Tampoco le encontra- remos en Jaél, que con su mismo brazo penetró con un grueso clavo las sienes del soberbio Sísara, que habia aposentado:en su casa. ¿Estas á lo menos no merecerán el renonbre de mugeres fuertes ? Qué sé yo, señores , que os diga. Es verdad que una y otra, animadas de una santa intrepidéz, acabaron con dos enemigos los mas terribles y crueles que tu- vo el pueblo escogido del Señor; pero si bien lo ad- vertís, ambas tuvieron la precaucion de acometer á sus enemigos quapdo se hallaban sumergidos en el mas profundo sueño. Si á rostro firme, si á cara des- cubierta, Como se dice AUÍgALmenSs , si brazo á bra- zo, y estando :rtos , les hubieran acometido y arruinado , entonces sí que no tendria dificultad en apellidarlas mugeres valerosas, mugeres intrépidas, mugeres fuertes, dignas de perpetuar su memoría por toda la dilatada carrera de los siglos. Pues ved aquí , gracias al cielo , que hoy hemos hallado una muger adornada de las. ualidades y - apreciables prendas que deseaba Salomón en la mu- ger fuerte: vemos una muger no rodeada de brillantes escuadrones, como las Tomiris y Artemisas : no ven- ciendo á sus enemigos aletargados con la embria- dites y Jacles , sino acometiendo sola y desarmada4 unos enemigos ter- ribles é irreconciliables: una muger, en fin, que vence al mundo con el desprecio de sus riquezas, sus dignidades y sus máximas: que vence sus pasiones con la oracion y el ayuno; y triunfa del demonio y sus ministros con la fe y fortaleza. Esta es, cristianos mios , Santa Lucía, que hoy nos propone la Iglesia . POr objeto de nuestros cultos y veneraciones. Ya lo

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